sábado, 2 de agosto de 2014

...que la vida no me sea indiferente.

Poco me apetecía escribir, la verdad,
pero me niego a dejar en el escaparate veraniego
un post frívolo del 28 después de lo del viernes.
Me niego a dejarlo con pinta de gracieta en tanatorio,
de show must go on, de borrón y cuenta nueva,
me niego a ser uno de esos/as personajes odiosos
de mis cuentos (y mis realidades)
que saltan por encima de las cabezas de los cadáveres
para no mancharse los zapatos de Chanel.
En fin doy gracias a dios de que la vida no me sea indiferente,
(que me recordaba el jueves mi amigo N)
y doy gracias de que el viernes estuviera tan jodido
que me cortara en decir en voz alta todo lo que pensaba,
y tener paciencia para esperar
en la confianza de que algo cambie,
que seguro que cambiará,

(sigue en el blog de mi primo pero está en la nevera enfriándose

3 comentarios:

  1. Me he perdido...pero imagino por donde va.

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  2. No sé qué es lo del viernes. Para mi el viernes fue una gran mierda, si te sirve de consuelo, chico. :P Bueno, yo si dije en voz alta todo lo que pensaba. Y bien agusto que dormí...

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