lunes, 17 de julio de 2017

Fue en Brasil en una ciudad cualquiera

Era una noche calida
un diecisiete de julio
de una ciudad cualquiera,
en la mesa unas cuartillas vacias
y una jarra fria de cerveza
la soledad del lobby apagado
de un hotel de primera.
Se oia Caetano afuera.

Empezamos una conversación neutra
de esas con palabras encontradas
y miradas perdidas sin respuesta.

Mientras Marisa Monte
cantaba su infinito particular,
ella pedía otra cerveza.

Nos turnamos ratos largos de hablar
con otros de escucha lenta
el bar se llamaba Devagarinho
y entre sombras
nos adivinamos, quizás  nos soñamos
mientras Toquinho
tocaba dulce Acuarela.

Los dos estábamos en escala
aquella noche en aquella ciudad cualquiera
ella se marchaba a Manaos
yo regresaba de vuelta
y nos contamos nuestros miedos
yy nuestras dudas
hasta las cuatro y media.
Nos acompañamos justo hasta la puerta
pero no dijimos nada de follar
para no mandar aquella noche
a la mierda.

Nos dejamos nuestros correos
con la encomienda
de enviarnos un poema
justo dentro de diez años
cuando ya tuvieramos bien cumplidos
los cuarenta
y casi vacía la maleta.



2 comentarios: